¿Os ha pasado alguna vez que durante una época os gustaba un cierto color para los muebles y decoración y, al cabo de un tiempo, ese color o tono ya lo tenéis muy visto y aburrido? ¿O que os habéis mudado y los muebles que antes teníais y que tanto os convencían ya no os encajan en el estilo del nuevo lugar que vais a habitar? Pues a dos de por aquí sí, nos acaba de ocurrir, y ahora que hemos cambiado la ciudad por un pueblo de mar, unos muebles negros que antes encontrábamos elegantes ahora sólo los veíamos como obstáculos fríos, elementos que nos quitaban luz y calidez al hogar. Total… ¡que decidimos que los teníamos que pintar! Así que hoy en Tutéate compartimos el antes y después de unos muebles de salón-comedor que han pasado del negro carbón al blanco y azul claro que parecían solicitar. A ver qué os parece la transformación…
Como se puede observar, todos los muebles eran negros…
… las estanterías y librerías …
… las mesas y las sillas …
¿Cómo veis el cambio? Para nosotros los nuevos tonos nos resultan más relajantes y notamos mucho que hay más luminosidad. Así que, por si alguien se quiere animar a probar, a continuación dejamos los materiales que hemos utilizado y los pasos seguidos para realizar la transformación de color.
Materiales utilizados:
– Pintura plástica para todo tipo de superfícies de color blanco y de color azul claro
– Pintura de imprimación para todo tipo de superfícies
– Rodillo pequeño, cubeta y brocha
– Lija suave o papel de lija
– Cinta de carrocero
– Disolvente o aguarrás (para limpiarnos al acabar)
Pasos a seguir:
1- Primero lijamos las superficies a pintar. Lo hacemos suavemente con movimientos circulares para ayudar a una mejor adherencia de la primera capa de pintura.
Y al acabar de lijar, antes de ponernos a pintar, limpiamos con un trapito el polvo que haya quedado.
2- Aplicamos una primera capa de pintura. Nosotros, para el caso en que nos parecía que la superficie de un mueble a pintar sería de difícil adherencia, la primera capa de pintura la hacíamos con pintura de imprimación.
Para que la capa de pintura quede uniforme utilizamos un rodillo y sólo le damos con la brocha a los cantos y esquinas a los que no llegamos con él.
NOTA: si un mueble va a ser de más de un color, deberemos ir pintando por partes y proteger, con la cinta de carrocero, las zonas que no queramos que se pinten del color que estemos aplicando en ese determinado momento.
Al acabar, dejamos secar tantas horas como indique el fabricante de pintura.
3- Una vez está seca la primera capa de pintura, volvemos a lijar suavemente, para quitar posibles imperfecciones o gotas que hayan podido quedar, y limpiamos el polvillo de pintura con un trapo o papel.
4- Aplicamos una nueva capa de pintura (en el caso que hayamos pintado con pintura de imprimación, ahora ya es el momento de utilizar pintura de color) y repetimos este proceso tantas veces como creamos necesario. En nuestro caso, sólo fueron necesarias dos capas de pintura blanca, o dos capas de pintura azul claro, para que desapareciera el color negro anterior.
¿Cómo lo veis? ¿Os atreveríais a realizar un cambio así? ¿Nos mostráis vuestras transformaciones?